domingo, 12 de febrero de 2012

Una vocación frustrada

"...compuse algunos poemas con ritmo y con rima, aunque no soy poeta, puesto que mi sistema nervioso y mi conciencia no contienen la energía condensadora que llamamos poesía, una fuerza capaz de catalizar -de una manera mágica, a veces demoníaca- en una sola palabra los elementos de la pasión y la razón, del mismo modo que se reúnen en el núcleo del átomo los protones y los neutrones... El hecho es que yo escribí algunas líneas rítmicas que acababan en ocasiones con el tintineo de esa joya bárbara que es la rima. Hubo algunos que llegaron a parecerse a poemas, pero siempre carecían de esa fuerza condensada y explosiva que caracteriza a la verdadera poesía."
Sandor Maray 


Hickory Dickory Dock


Poesía y sucedáneos

NULLA DIES SINE LINEA

La mesa está repleta de papeles, de pipas,
de botes con objetos inútiles y sucios,
de libros, de ceniza, de cajas de cerillas,
de briznas de tabaco, de lápices, de plumas,
de luz de la bombilla, de esperanzas dormidas.
La radio toca ópera, y es como una amenaza
que nos grita de lejos alguien sin importancia
y se vuelve reproche cuando Chopin empieza.

Hay un papel en blanco que ya ha sido borrado
y propone de nuevo su puerta luminosa
como última esperanza de que pueda entrar alguien.
–Fuera, tras los cristales, la primavera acecha
en un tenso crepúsculo de azules y violetas
cruzado de promesas y urgencias enigmáticas–.

Hay también mis dos manos aferradas al lápiz,
forzando con su punta ninguna cerradura,
mis dos manos que luego volverán a la goma,
negarán este empeño, suprimirán los rastros
de un intento de fuga penado por las leyes.
Es justo, no me quejo, yo mismo le reprocho
a este escarbar fallido su torpe ineficacia,
su contraproducencia, si existe esta palabra,
que construye murallas cuando quiere saltarlas
y obstruye inútilmente el ojo de la llave
-sin contar con el gasto de papel, que es tan caro-.

En fin, vaya desastre, vaya pobre desastre,
tan de todos los días, ya tan sin importancia
que es tonta esta fatiga de seguir escribiendo
sílabas y más sílabas, de catorce en catorce.
¿Qué oscura coartada creo estar fabricándome
con esta ceremonia sin fines ni testigos?
No lo sé, y preguntarlo es también parte de ella,
–yo siempre soy muy listo, siempre voy por delante
y nadie me ha cogido nunca desprevenido–.

Predecir la derrota, ya que no va a vencerse;
ser idiota sabiéndolo queda un poco más digno.
Cosas como esta, que encontré el otro día en un cuaderno viejo, escribía yo en mi adolescencia. Como esta y como otras aún peores, que les evito a ustedes porque debe ponerse algún límite a la impudicia, por bloguero que uno sea. Ser joven tiene cosas estupendas, pero también hay que apechugar con lo malo.

No con demasiada frecuencia, diré en mi descargo. Solo a veces, como último recurso frente a esas tardes de final de invierno o de final de verano tan difíciles de sobrellevar con ecuanimidad cuando se tienen dieciseis o diecisiete años y un temperamento sensible.

Pero comprendí enseguida que la poesía, aunque ayudaba a coexistir –parcial y temporalmente, pero ayudaba– con las abrumadoras perplejidades de la edad, y aunque aliviaba –engañosamente, pero la aliviaba– la sensación de soledad a que tan proclives somos en esos duros años, no era lo mío. La cabeza me funciona de un modo demasiado rígido, el 'fondo' excesivamente supeditado a la 'forma', como para ser de veras poeta. No me implico, miro siempre desde fuera y mejor desde no muy cerca, todo lo analizo demasiado y además no acabo de tomarme en serio nada, empezando por mí mismo. Un poeta, pensé en algún momento de rara lucidez, debe de ser de otro modo distinto de como yo soy: más sincero, más inconsciente, más apasionado. Menos controlado, menos racional, con más imaginación, con menos sentido del humor.

Renuncié, pues, no sin pena, a escribir estas cosas, pero me quedó una tonta nostalgia del metro, del ritmo y de la rima. Una especie de compulsión, más física que otra cosa, hacia el enhebrado de sílabas, la construcción de ritmos y la búsqueda de consonantes. El breve paso de la poesía por mi vida me dejó nada más que su cáscara hueca y algo deteriorada, un mero interés por sus formas, sus apariencias y sus rituales, pero fue un interés muy persistente, que aún hoy colea de vez en cuando.

Le he encontrado salidas algo extrañas. Por ejemplo, esas traducciones de Brassens que ustedes habrán leído ya en este blog, espero. (Si no es así deben suspender aquí mismo la lectura y correr a empaparse de ellas. Ya.)

Y algunas otras menos exhibibles –y que, en consecuencia, me propongo exhibir acto seguido–.

Hace algún tiempo, por ejemplo, discutía yo con uno de mis corresponsales internéticos más asiduos sobre qué cosa es exactamenet un limerick. Como quizás sepan –y si no este enlace se lo hará saber enseguida, a poquito inglés que manejen– el limerick es una estrofa popular propia de la lengua inglesa, con una estructura temática, rítmica y métrica muy establecida: cinco versos que riman AABBA, habitualmente de carácter humorístico e intención obscena –"son esencialmente transgresores", dice la wiki, "y la violación del tabú es parte de su función"–. El primer verso presenta una persona y un lugar, este último colocado al final del verso y marcando, por tanto, cuál ha de ser su rima y la de los versos segundo y quinto. "Es frecuente la explotación de los nombres geográficos, especialmente de los exóticos, lo que se ve como una referencia a las clases de geografía para subvertir el decoro escolar."

En cuanto a su métrica, el primer, segundo y quinto verso deben medir tres pies, y el tercero y cuarto solo dos. Es decir, que la longitud de los versos del limerick viene fijada en pies métricos, no en sílabas, y en esta peculiaridad radicaba el origen de nuestra discusión: como hay pies muy distintos, tanto en longitud como en acentuación, de ellos resultan también limericks de muy distintos metro y ritmo. Mi interlocutor recordaba una cancioncilla inglesa de su infancia (el Hickory Dickory Dock del principio del post) que es a su juicio un limerick o estrofa análoga, y cuya letra está compuesta por una combinación de pies dáctilos (TÁ-ta-ta, para entendernos) y yámbicos (ta-TÁ, quiero decir);  y sostenía que son limericks solo los que se atienen a ese mismo esquema rítmico. Yo, por mi parte, me empeñaba, contra su opinión, en que una melodía de mi niñez, cuya letra no recordaba, era perfectamente apta para encajar en ella un limerick, siempre que estuviera compuesto por pies anfíbracos (ta-TÁ-ta, si me siguen).

Agotados los argumentos teóricos, recurrí a los prácticos y, en un rapto de inspiración, compuse sobre la marcha los siguientes limericks, que además de no estar, modestia aparte, nada mal, cumplen con todos los requisitos de la definición canónica y pueden perfectamente ser cantados con mi melodía candidata, como se comprueba en el archivo adjunto que grabé días después tras pergeñarle con mi FinaleNotepad un acompañamiento pseudopianístico que me quedó la mar de aparente, no me digan que no (bajen el volumen de su ordenador si están  leyendo esto en un lugar público):
A mi novia la de Alicante
yo siempre le doy por delante.
Un día fui y ¡zas!
le dí por detrás,
y también le gustó bastante.
Es que en el Pais Valenciano
la gente es de trato muy llano,
y disfruta igual
un polvo frontal
que si un día les das por el ano.


Limerick Ad Hoc - Júbilo Matinal


Un  poco zafio, no lo niego, pero qué quieren ustedes, lo exige la naturaleza de la estrofa. Y además tendrán ustedes que convenir conmigo en que la natural satisfacción que produce siempre una buena rima se ve, vaya usted a saber por qué, significativamente reforzada cuando el énfasis de lo rimado cae sobre una ordinariez rotunda, redonda e inequívoca. Así estamos hechos, yo al menos. Decir basteces en verso mola.

No los habría traído aquí, mancillando la pulcritud habitual de este blog fundamentalmente mesurado, si no fuera porque ilustran muy bien la clase de actividades parapoéticas de las que les hablaba líneas arriba, a las que me he tenido que dedicar esporádicamente, para aliviar mi prurito versificador, desde que comprendí que el ejercicio de la verdadera poesía quedaba fuera de mi alcance.

El mismo problema, ya que estamos, presenta este otro ejemplo, con el que daré por cerrado, nunca demasiado pronto, este impúdico post, y que para algunos de ustedes, queridos lectores, quizás no resulte nuevo, ya que su gestación tuvo lugar hace poco y, por decirlo así, coram populo: se produjo en los comentarios de un blog muy cercano y apreciado por mí, el de mi amigo Miroslav, y con la inestimable colaboración de otro bloguero amigo, Lansky. Miroslav había dedicado un sesudo post a la palabra cimbrel, uno de los muchos nombres que puede recibir el miembro viril. A Lansky le inspiró el asunto y en un comentario dejó esta sentida composición suya:
Llegué tarde a la oficina.
Toda la culpa, de mi minina.
Esta mañana, recién levantado,
el cimbrel mío posaba amartillado.
Tomándole en mi mano,
le interpelé:
¿qué pretendes, despótico y ufano
¿ponerme en compromiso?
¿o hacerme caso omiso?
¿Acaso no ves
la hora qué es?
Una simpática copla, como ven, inspirada y llena de aciertos temáticos pero necesitada, en mi opinión, de unos cuantos ajustes formales. Mi compulsión métrica se puso en marcha y me dispuse a administrárselos. Este fue el resultado, tras un par de horitas de trabajo (las tardes de Agosto, de Rodríguez, dan para mucho):
Hoy llegué con retraso a la oficina.
Toda la culpa fue de mi minina.
(No, no es que tenga gato;
hablo, por descontado, de mi aparato.)
Casi dormido, apenas levantado,
me encontré mi cimbrel amartillado,
robusto, erecto, erguido,
más tieso que un cantueso florecido,
dispuesto, en fin, al diario desempeño
más que su pobre y soñoliento dueño.

Tomándolo en la mano
–“¿Qué pretendes, tan tieso y tan ufano?”
–le pregunté.– “¿Buscarme un compromiso?
Pues hoy tengo que hacerte caso omiso.
¡No tengo ni un minuto! ¿Es que no ves,
cacharro inoportuno, la hora que es?”

Me tuvo allí un buen rato,
yo “¡Que te abatas!” y él “¡Que no me abato!”,
él obstinado y duro, yo porfiando:
“¡Que te ablandes, pardiez!” “¡Que no me ablando!”
Y no hubo forma. El chisme es cabezota
y no acepta jamás una derrota.
Levantisco, anarquista y libertario,
no se le da una higa del horario,
e insiste, pertinaz, terco y cansino
hasta llevar el agua a su molino.

Cedí a sus pretensiones
–siempre acaba imponiendo sus... razones–,
dí el curso natural a su demanda,
único tratamiento que lo ablanda,
arrimé al fin el ascua a su sardina
...y llegué con retraso a la oficina.
Ya sé, ya sé. Se han quedado ustedes sin palabras. Mis versos suelen producir ese efecto. Bueno, tampoco son necesarias muchas más. Espero que la muestra les haya servido a ustedes para hacerse una idea de lo que me lleva hecho sufrir mi frustrada vocación de poeta.

24 comentarios:

  1. Indudablemente eras un adolescente con talento; ahora eres un adulto camino a la senectud que no ha perdido mucho, así que, enhorabuena: maduraste en vez de pudrirte

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  2. Pues, efectivamente, sin palabras me has dejado, estupefacto, vamos, o mejor sería decir con la misma sensación que le queda a un niño después de un espectáculo de magia o similar. O sea, que he de agradecerte este post, que me hace empezar con buen pie el día.

    Ya de paso, también me pica la curiosidad por interesarme por los pies yámbico, dáctilos y anfíbracos (hay que ver el nivel de tus debates internáuticos). Y aprender algo más sobre los limerick, cuya métrica conocía vagamente, sobre todo asociada a las cancioncillas infantiles como la que pones al principio del post (no tanto su intención transgresora, poco adecuada si se dirige a los niños, o quizá no). Por cierto, hace poco, con motivo de la muerte de Etta James y mi consiguiente repaso a su discografía, disfruté de su versión de esa canción que, aunque supongo que no es la tradicional (escribo de memoria, sin tomarme la molestia de comprobarlo) es francamente recomendable, pese a que ya sé que no te gusta demasiado el R&B.

    Ah, me olvidaba, me ha gustado tu poema adolescente. Suscribo el jucio de Lansky y pienso que puede que hayas puesto demasiado altos los requisitos para ser poeta.

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  3. He estado hablando con tu interlocutor, el que discutía contigo sobre lo que es o no es limerick, y me ha dicho que no le convenciste y que sigue pensando lo mismo. Así es él.

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  4. E insito en lo obvio: uno NO se nombra a sí mismo 'poeta', eso es como llamarse a uno mismo'bueno' o 'estupendo', sino que es un título que te conceden los demás. Yo te lo concedo sin problema.

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  5. Víctimas como somos del romanticismo, nos hemos creído una versión muy restrictiva del oficio de poeta, que no es sino una artesanía como otra cualquiera. Para no entrar en debates inútiles sobre sublime, trascendencia y otras zarandajas igualmente pertinentes, mas no por ello menos deleznables, limitémonos a reivindicar la nobleza del mester del versificador (simple versificador, si quieren ustedes) que nada tiene que envidiar al de poeta. Y si no que se lo digan a Quevedo, a Samaniego y a tantos otros que, habiendo tenido la suerte de nacer antes que Bécquer y otros adolescentes permanentes (entre otras cosas de tuberculosis, adolecían), no sólo fueron espléndidos versificadores, con alguna que otra concesión a la poesía, sino que además se divirtieron un montón dejándose llevar por ese prurito mucho más inocente e inofensivo de explorar las potencias rítmicas del habla común y aun diría vulgar.
    En otro orden de cosas, repito una observación que ya hice en su día, creo: al verso "hablo, por descontado, de mi aparato" le sobra una sílaba; puesto que hay que leerlo con la dicción coloquial que elide la d de la desinencia del participio, yo lo escribiría también así: "Hablo, por descontao, de mi aparato". Pero es Ud., Vanbrugh, muy dueño de hacer como guste.
    Los alejandrinos iniciales, no obstante las excesivas concesiones a la poesía, son excelentes. Al fin y al cabo, de esa tela todos tenemos un traje.

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  6. Ah, me olvidaba: también se podría decir, dado el contexto, "la hembra es de trato muy llano", en vez de "la gente"; ya que una buena mitad de la gente me parece más bien difícil que disfrute el polvo frontal como receptor (y no como donante). Digamos que los varones, cuando cumplimos esa función de receptor, nos vemos lamentablemente limitados a las angostas vías posteriores.

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  7. No se si un digno insecto hembra, como es la pobre Cigarra, no verá menoscabado su buen nombre de dama por asomarse a un post en donde se dicen estas cosas, pero ¡me he reído tanto!
    Me consta que hay algún cronista o amanuense que se tomó la molestia de conservar para la posteridad algunos otros versos procedentes de la misma pluma y en la misma época. No se si venderlos a los admiradores o amenazar al autor con publicarlos, a ver si saco más dinero por ese lado.

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  8. Lansky y Miroslav, muchas gracias. Habla el aprecio que sé que me tenéis. Mi personal piedra de toque para juzgar mi propia poesía -con la ajena no sirve- es: si el poema tiene algo que no sé por qué he puesto, es bueno. Si todo lo que está en el poema tiene para mí un significado claro y un papel evidente, y sé por qué lo he puesto ahí, será pulcro, legible y hasta ingenioso, pero no es un verdadero poema. Ni yo poeta.

    Bien, en este sé qué quiere decir todo y por qué está puesto ahí. A mí también me gusta, por eso lo he publicado, pero no creo que sea un buen poema, ni yo poeta. Aún así, muchas gracias.

    Miroslav, como puedes suponer no me sé de memoria los nómbres de cada pie. Pero puesto que los tienen, merece la pena consultarlos y usarlos, en vez de tener que andar diciendo cosas como 'Tónica, átona, átona' o TÁ-ta-ta. Es curioso, toda nuestra métrica se basa en estos pies clásicos y sus combinaciones, y nadie que haya intentado componer un endecasílabo ha dejado de usarlos, pero casi nadie los conoce, ni los usa conscientemente.

    La versión de Etta James está muy bien, pensé en ponerla, en tu honor, cuando vi en Spotify que había una suya. Pero no tiene NADA que ver con la cancioncilla original, tiene otra melodía completamente distinta.

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  9. Hola, Anónimo 1: es que mi interlocutor es un poco cabezota, y el concepto de 'pie' no acaba de entrarle. Pero bueno, si es feliz así... No le diré, para no estristecerle, que en mi opinión lo que no es un limerick -no cita una persona ni un lugar, no es obsceno- es el Hickory, Dickory Dock: creo que es una cancioncita infantil con la misma estructura rítmica-una de las muchas posibles- de un limerick. Y tampoco le diré -ya se lo dije en su día y lo ignoró olímpicamente- que todos los ejemplos de limerick que cita, por ejemplo, la wiki -'there was a young person in Smyrna'- tienen el mismo número de sílabas y los acentos igual colocados -es decir, usan los mismos pies- que mi limerick ad hoc, y pueden ser cantados con mi melodía candidata.

    Anónimo 2, me subes enormemente la moral. Y lo que dices sobre los versificadores anteriores a Bécquer es bastante cierto, cómo se ve que eres filólogo. Nunca lo había pensado. Yo era un niño muy suyo, y a los diez años me cogía el tomo de obras completas de Quevedo y me lo pasaba como un enano leyendo letrillas. No buscaba palabras guarras, como más de uno pensará -aunque me regocijaba cuando las encontraba, aún recuerdo 'puto es el hombre que de putas fía...'- disfrutaba con las frases cambiadas de orden y con las rimas inexorables. Mi idea de lo que era hacer poesía quedó marcada, creo, por esas lecturas -ahora veo que no era una mala marca- y la verdad es que siempre he juzgado esa afición por la rima y las estructuras clásicas como un handicap para hacer poesía 'de verdad'. Probablemente es una estupidez, pero ya tiene mal remedio.

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  10. Cigarra, es literatura. No hay menoscabo alguno en leerla para una señora insecto. Y siempre puedes decir, además, que no sabes de qué habla y que te ríes por cortesía hacia el autor.

    Hazme caso, guarda esas cosas que dices sin vendérselas a nadie. Con el tiempo valdrán más. E invítame a merendar una tarde de estas, que tengo que echar un vistazo a tus cajones.

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  11. Sucede que viví dos años no muy lejos de Nantuquet, sin duda el escenario favorito de los limmericks en USA. Como Pawtuckett, Narragansett y tantos nombres indios, dan mucho juego a rimas soeces, como deben ser. Me he reído mucho y, aunque es cierto que, como defiende aquí un anónimo, nuestra idea de la poesía no era así antes del idealismo alemán, comparto totalmente lo que dice Vanbrugh, tanto en el post como en los comentarios anteriores. Si estaba en mi cabeza definido antes de estar en el papel, puede ser muchas cosas, muy válidas y dignas, pero no es poesía.

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  12. Perdón por la doble "m" de mi comentario. Me impondré un castigo ejemplar: traducción de toda la obra de O. Nash (ya que estamos con el humor)con rima y metro.

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  13. Me robas tiempo para cumplir con el consejo de Miroslav de tragarme la sentencia del caso Gürtel/Garzón. Me he divertido mucho. Yo siempre digo que me quité afortunadamente del vicio de la poesía (de escribirla) a los 20). Por las mismas razones que tú, por amor a la propia poesía.

    Me han dado ganas además de volver a estudiar métricas olvidadas. También estoy de acuerdo en la diferencia entre versificador y poeta que alguien hace en los comentarios. Los versificadores han quedado para letristas de canciones. desafortunadamente, claro. Y echo de menos el humor en la poesía, que aunque algún poeta que frecuento proporciona perlas irónicas (Benítez Reyes), yo no lo consideraría humor exactamente.

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  14. Hola, Preocupín. Si recuerdas algún ejemplo de limerick con esas rimas tan sugestivas, podías colgárnoslo aquí.

    Quizás somos demasiado exigentes pretendiendo poco menos que ser secuestrados por la musa para que nos dicte mensajes en estado de trance; y por otra parte, nunca puedes estar seguro de saber del todo por qué se te ha ocurrido esta y no aquella imagen, de dónde te vino la idea de usar esa y no otra palabra... En fin, que quizás las fronteras entre lo que es poesía y lo que no no estén tan nítidas como ambos las dibujamos. Pero creo que nuestro criterio, con matices, es correcto.

    Harazem, probablemente ambos hemos hecho bien en quitarnos del vicio. La poesía siempre padecerá menos por falta de buenos poetas que por sobra de malos. Pero echarse unas rimas de vez en cuando, mejor si son un poco bestias, está muy bien. Tonifica el sistema nervioso y no hace daño a nadie.

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  15. Otro post tuyo interesante, jugoso, divertido y personalísimo.

    Y anda que... arrancarse a los 15 por alejandrinos... Creo que lo que ta contabas bien y con curioso sentido poético, (cesuras y hemisqtiquios), lo desmenuzas y lo explicas perfectamente en prosa en los siguientes párrafos de hoy día.

    La poesía es música sin pentagrama. Dejo eso para el acertado filólogo que te comenta por aquí.

    Por cierto ¿Es tuyo también ese estupendo boceto a lápiz? ¿ése cubilete en el que están los cotidianos adminículos que aludes en los versos?. Si es así, has truncado una doble vocación: poesía y dibujo.

    En cuanto a lo poético, es graciosísima tu enmienda a la de Lansky levantándose rucho urgente...
    (Recordar aquellos empalmes es, como dice en sus post de hoy mismo, admitir que tenemos por delante un espléndido pasado...)

    De siempre, de toda la vida, desde los más veteranos y clásicos hasta lasúltimas jotas aragonesas o las rimas del caranaval de Cádiz (qué derroche de talento ahí)es de obligado cumplimiento decir y ensalzar procacidades y 'guarreridas', basteces en verso,: el miembro de este que va a ensartar a la otra o le va a dejar al de más allá los calzoncillos como la bandera de Japón.
    Excepcionalmente se acepta la sin la lefa para hemistiquios marranos.

    He disfrutado como un mico y volveré a releerte para desternillarme más todavía.

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  16. Puf, Grillo, he dejado hechas polvo unas cuantas vocaciones: de poeta, de dibujante -el boceto es mío, sí, otra de mis placenteras maneras de perder el tiempo- de arquitecto, de músico... Ninguna de ellas sería muy vigorosa cuando se han dejado todas tronchar tan fácilmente, y lo cierto es que yo vivo considerablemente feliz sobre sus muñones. Todo ello tiene que ver con lo que sobre el trabajo decía en mi anterior post, y que hoy me comenta tardíamente un sagaz anónimo.

    (Hacer alejandrinos con sus cesuras y sus hemistiquios no tiene particular mérito: lo dificil sería hacerlos sin ellos. A mí al menos no se me ocurre ninguno que no vaya canónicamente partido en dos...)

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  17. Ya sé y se nota que eres razonablemente feliz.

    Pro hombre, cómo no dibujas más?

    (Y menos choteo con lo de los alejandrinos... cabroncete.)

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  18. Es que me dejas 'nota', Van.

    Vuelvo a ver ese dibujo y me parece estupendo. En mi opinión está muy bien 'visto', sobre todo para un crío de 15 0 16 años.

    Eres una cajita de sorpresas y me niego a creer que no sigas dándole al lápiz ya que tienes esa capacidad.
    Te pediría otros antiguos o recientes para acompañar a siguientes posts: no creo que sea yo el único entusiasta del dibujo entre estos blogueros.

    (Reconozco sin ambages que yo he dibujado mucho y en ocasiones bien. Publicaría más de no ser porque apenas me quedan otros míos y ya he empezado a perder mano como para relanzarme.)

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  19. Gracias, Grillo. Tiendes a quitarme años, en cualquier caso. El poema es los dieciseis o diecisiete, por lo menos, y el dibujo, posterior. Imagino que de los veintipocos, los tiempos en que estaba en la Escuela de Arquitectura, cuando dibujaba más -aunque, sinceramente, nunca fui una cosa del otro mundo.- Y desde entonces he perdido mucha mano, por falta de práctica. No tengo apenas dibujos de entonces, y los que pueda hacer ahora no valen un pimiento, no es modestia.

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  20. Por alusiones... vaya, no sé si va por mí, pero como filólogo me tengo que dar por aludido, en particular cuando me sale de los cojones darme por aludido, que es un motivo de mucho peso (sin alardes, ¿eh? que no hay edad para andar con la balanza). De las muchas formulaciones de lo de la música y la poesía, me quedo con la siempre directa y anti-retórica de Pound: cuanto más se aleja la poesía de la música, más se aleja de su esencia. A la petición de Vanbrugh, así de memoria, la mayoría de los de Nantucket y Pawtucket juegan con el it en el segundo verso y en el último, a saber (es el más bestia, seguro, pero el primero que recuerdo):
    "There once was a man from Nantucket/
    whose dick was so long he could suck it/
    He said with a grin/
    Weeping sperm from his chin/
    If my ear was a cunt I could fuck it."

    Perdón a las almas puras que se asomen, si les ofende. Aplíquense la ironía de Ángel González:
    "Los poetas prudentes,/ como las vírgenes-cuando las había/, no deben separar sus ojos/ del firmamento". O algo por el estilo.
    Los poetas prudentes, como las vírgenes, cuando las había

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  21. Jaaaaaaaaaa, Preocupín, qué tío.

    No viene a cuento, pero la imagen de Tip y Coll necesariamente, cada vez que la ve al leerte me retrotrae a su show en Picadilly.

    Solía ir alli casi todas las noches y me partía aunque me sabía todos sus repertotios de memoria. Este de cómo llenar un vaso de agua, el de la escalera, etc.

    Tanto es así que cuando llegaba paraban un segundito y decían - Ha llegado el grillejo - y brindaban con el 'análisis de orina' que tomaban de una 'buena mujer' en una mesa junto a la pista.
    Luego los ví en una tertulia vespertino-noctura que teníamos en el Cerebrito algunos santos bebedores, poetas, periodistas, cineastas y gente de mal vivir.

    ¡Qué tiempos !! A tu salud:)

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  22. Gracias, Preocupín. Por transcribir el limerick y porque me has tranquilizado bastante: al lado del tuyo, los míos parecen el desahogo lírico de una vestal.

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  23. Señor Vanbrough: Veo que estudió usted arquitectura y yo creía que su profesión era la abogacía. Ya sabía lo mucho que le interesaba la música y ahora sé que también la poesía, pero creo que, como ya le dije en una ánónima ocasión, donde está usted bordado es en la prosa donde se dan amigablemente la mano todas sus habilidades. ¡Una pena que no quiera, usted que está dotado para ello, escribirnos una novelita para alegrarnos la vida!

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  24. Hola, min, bienvenido/a al blog si es que es la primera vez que entras (con ese nombre al menos, así es, creo). Estudié arquitectura, pero la dejé a medias. Y tampoco es la abogacía mi profesión, aunque sí está espesamente relacionada con el derecho.

    Muchas gracias por tus alabanzas a mi prosa. Lo he dicho más veces, pero lo seguiré diciendo, porque creo que es verdad: yo escribo bien, esto es, creo que no pienso mal, ordeno bien las ideas, las expongo inteligiblemente, redacto con corrección y pulcritud, respeto la sintaxis, el léxico y la ortografía y a ratos hasta tengo mis destellitos de estilo. Todo ello está muy bien, y me sirve para divertirme un montón escribiendo, por ejemplo, este blog y cosas del género de las que en él publico, y profusos comentarios por cinco o seis blogs amigos; y, al parecer, sirve incluso para que algún lector benévolo pase un buen rato leyendo mis párrafos. Pero todo sumado no alcanza para lo que necesita un escritor. En este post creo haber explicado, por encima pero suficientemente, las que creo mis carencias para ser poeta. Bien, pues esas mismas, más las añadidas de carecer por completo de la imaginación necesaria para idear la más sencilla de las tramas, y de la habilidad narrativa para desarrollarla, son las que me impiden escribir una novela. Aunque bondadosa y halagüeñamente creas otra cosa, hazme caso, que sé de lo que hablo: no estoy dotado para escribir una novela. Pero te agradezco un montón tu opinión. Intentaré alegraros (y me) la vida de otras maneras. Gracias, y ya sabe usted dónde me tiene.

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